La frase “SÍ MEREZCO ABUNDANCIA” es troquelada manualmente sobre 1,104 monedas de níquel fuera de circulación de viejos pesos acuñados y usados entre 1970 y 1983 y emplazados directamente empotrándolos en el muro en línea.

 

La frase estampada repetitivamente insiste en reconsiderar las posibilidades de abundancia que nos merecemos (o no) en el proyecto de nación que construimos (o tratamos) en diferentes niveles, individual y colectivamente.

 

Parte de la eterna promesa (insolvente) de una mejora en nuestra condición que estamos a punto de alcanzar. Al mismo tiempo de un reciente y tristemente célebre episodio de la más rampante impunidad.

 

Aborda la recurrente (y obvia) duda sobre si en verdad existe una incidencia tangible por nuestras acciones o si únicamente infuye la discrecionalidad en manos totalmente ajenas a nosotros.

 

Así, esta instalación se plantea como un monumento erigido a nuestra historia, condición colectiva y posibilidades políticas, sociales, económicas y de vida; lanzando al aire un anhelo (o pregunta) sobre nuestro futuro.