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Emergía Quito
Después de un contacto fugaz de cuatro días en Venezuela, de compartir conversaciones con cerveza. Recibí la propuesta de Miguel Rodríguez Sepulveda para hacer su proyecto Emergía en Quito. Al mirar los registros de su intervención en Venezuela, me interese por el proyecto, sin embargo, no sabia la fuerza que la propuesta tenía viéndola en vivo y sobre todo considerando que en cada ciudad se despliega con símbolos del contexto. A esos símbolos, que te son propios, (personas, monumentos, lugares) los haz mirado y consumido de distintas maneras. Algunos han sido representaciones oficiales, imágenes con la intencionalidad de crear un sentido de nación. Otros relacionados con la música, con letras de canciones melancólicas que escuchabas en las primeras borracheras de la adolescencia, otros son una forma de resistencia.
Es importante reconocer que estos símbolos no tienen un significado único, son resignificados en la práctica cotidiana. De ser formas de resistencia pueden pasar a ser parte de las representaciones oficiales y viceversa. Para implementar su obra, el artista conversó con la gente, no vino desde México con una idea fija de cuáles iban a ser los símbolos que iba a utilizar en Emergía – Quito, fue de un proceso dialógico de donde salieron las imágenes
Representaciones de Manuela Saenz quién jugó un papel importante en el proceso inependentista, Julio Jaramillo o el “ruiseñor de América “ cantante de voz melancólica , que aunque murió en 1978, sigue siendo escuchado y recordado . La Mitad del Mundo, la imagen de postal de la Ciudad de Quito, Abdalá presidente populista que fue derrocado por los quiteños, el Sucre, moneda cambiada en un proceso de crisis bancaria por el dólar. Fueron las figuras escogidas y colocadas en las espaldas de los corredores. Quizás, personajes y memorias similares hay en el resto de Latinoamérica. El acto de imprimir imágenes que se borran con el esfuerzo inútil de los corredores, es una forma de hablar de la resignificación constante a la que se ven sometidas las identidades en el mundo contemporáneo, pero quizás el hacerlo en toda Latinoamérica, e ir registrando las coincidencias, es también una llamada a la unión del continente.
Manuel Kingman Experimentos Culturales.
Emergía Quito
After a fleeting four-day encounter in Venezuela, having had plenty of beer and conversation, I received a proposal from Miguel Rodríguez Sepúlveda to perform Emergia in Quito. I took an interest in the project when I saw the recordings of his intervention in Venezuela; however, I did not know how strong the experience of attending the live performance would be, especially considering that the symbolic content of images varied across different cities. Symbols such as persons, monuments and places are proper to you because you have looked at them and consumed them in different ways. Some have been official representations, images with the intention of creating a sense of nationhood. Others are related to music, melancholic lyrics you used to listen to during the first drunken episodes of adolescence; others are a form of resistance.
It is important to acknowledge that these symbols have no single meaning; they are resignified in everyday practice. From being forms of resistance they can turn into official representations and viceversa. In order to carry out his work, the artist talked to the people. He did not come from Mexico with a fixed idea about which were going to be the symbols in Emergia Quito; the images were the outcome of a dialogic process.
There were representations of Manuela Sáenz, who played an important role in the process of independence, and of Julio Jaramillo, “America’s nightingale”, whose melancholic voice is still listened to these days, many years after his death in 1978. We also had images of La mitad del mundo, a postcard view of Quito, of Abdalá, a populist president overthrown by Quito’s inhabitants, and of the sucre, the ecuadorian currency that was officially replaced by the US dollar during an economic crisis in 2000.
These were the chosen images placed on the backs of runners. Perhaps there are similar characters and memories in the rest of Latin America. The act of printing images and then letting them dissolve through a useless effort is a way of talking about the constant resignification of identities in the contemporary world, but maybe to do it throughout Latin America and to register the coincidences is also a call to the continent’s unity.
Manuel Kingman
Cultural Experiments
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